Hoy no es un día cualquiera. No había podido dormir en toda la noche; no dejaba de imaginar como cambiaría mi vida a partir de ese instante. Llegó la hora. Detrás de las grandes puertas, (esas que ya había cruzado tantas veces en tantos viernes, tantos sábados a la mañana) se encontraba un futuro nuevo, un futuro que nunca había imaginado que iba a ser con él. Pasaron por mi mente los últimos 7 años. Aquella reunión en donde lo conocí; el primer beso, la primera noche, el primer "Te Amo". Cada uno de esos momentos volvieron a mí, tan presentes, y tan intensos como si los estuviese viviendo. Pero ESTE momento, superaba en mucho a cualquier cosa que haya vivido. Faltaba el sí. Sonaba aquella melodía, anunciando mi entrada. Supuse que había llegado el momento. Dejaba atrás una vida, empezaba otra, que no se separaba de la anterior, pero que conllevaba muchas nuevas emociones; descubrimientos, alegrías, tantas cosas. Empezaba a vivir la vida con alguien más a mi lado; en cada momento, en cada instante. Las alegrías serían compartidas, las tristezas también. Era una vida de a dos. Obviamente, mi vida cambió el día en que lo conocí; y estos 7 años para mi significaron otra manera de vivir, otra manera de sentir, otra manera de amar. Pero ese día marcaba un antes y un después. "...Para amarla, y respetarla, hasta que lo muerte los separe?" "Si acepto". Es más que una simple ceremonia; es más que un vestido blanco y miles de invitados; es Dios como testigo de la unión de dos personas que se aman, es la fecha más importante en nuestro calendario del amor. Y ni hablar de todas las cosas que restan por vivir.
Let it be!
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